-Si, mujercita, todavía estoy en la oficina. No sé a la hora que llegaré.
La mujer ya estaba cansada de que cada dos por tres la misma tónica e ideó un plan...
Lo dejaría con la palabra en la boca al cortar la comunicación y cuando llegase a casa no estaría. Como así fué...
Verónica O.M.