- Quiero que lo dejemos, Juan, nuestra convivencia ya no es lo que era. - Dijo la mujer.
Al hombre, aquello le sentó como un jarro de agua por encima. Se puso de pie y bruscamente intententó agredirla.
Ella se apartó antes de que lo llevase a cabo.
Y él con más mala leche se le soltó la lengua.
-Eres una puta, seguro que ya tienes a otro.
-No es verdad. Solo quiero llevar una vida tranquila y vivir contigo se ha convertido en un infierno.
Los ojos de ella estaban repletos de lágrimas, los de él de ira.
Tan sólo es un relato y en la vida real la agresión no tiene sexo.
Otro día será por parte de la fémina.
Autora Verónica O.M.