Era la nieta de la mujer de la que había estado enamorado...
Cincuenta años dieron para que la mujer se casase, a su vez diese a luz, que aquella niña se hiciese mujer, se casase, tuviese una niña, creciese.
Y tuviese un grandísimo parecido con su abuela.
El hombre le perdió la pista y de eso nada sabía, aunque pudo suponer que no iba a ser la misma, jaja.
El hombre le perdió la pista y de eso nada sabía, aunque pudo suponer que no iba a ser la misma, jaja.
Ahí queda eso.
Verónica O.M.